El Real Murcia llega el sábada (ante el Albacete, a las 10:00 en Pinatar Arena) a ese punto de las pretemporadas en el que aparecen en el calendario los primeros amistosos. Son partidos sin fuego real, pero después de varias semanas, los jugadores esperan los primeros bolos de verano como si fueran encuentros más propios de otras épocas del año donde se juegan las habichuelas.
Y bien hacen, sobre todo algunos, en tomarse las siete citas que tiene por delante el equipo pimentonero haste el incio de liga, como si de exámenes decisivos se tratasen. Se acabó el periodo de estudio y ahora toca buscar la máxima nota que convenza al profesor para cuando empiece lo serio.
Hay algunos alumnos que pelearán por mantener su estatus de jugador indiscutible, mientras que otros buscan el aprobado. Ese mínimo que sirva para pasar el último corte que el técnico tendrá que hacer en su plantilla para cerrar el cupo definiitvo. Un cupo en el que no habrá hueco para varios de los actuales miembros de la disciplina murcianista que ya tienen escrito su destino pase lo que pase ante Albacete, Lorca Deportiva, Hércules, Eldense, Orihuela, Melilla y Águilas.
Hay dos jugadores que, salvo se produzca un giro de 180º, no estarán en la plantilla que arranque la temporada. Se trata de Cadete y Andrés López. En el caso del primero, con la llegada de Cristo Romero, la idea del club es incorporar a un lateral izquierdo sub-23. En el caso del jugador murciano, su condición de sub-23 hace que su marcha no sea tan necesaria.
Otros dos futbolistas con una situación delicada son Cadorini y Pedro Benito. Lo deseable es que el brasileño salga de la disciplina liderada por Etxeberria en forma de cesión. Por su parte, Benito tendrá que ganarse la confianza del mister vasco. Por último, la llegadas de Ekain o Schalk han puesto sobre la mesa la cotinuidad de Juan Carlos Real. El hecho de tener dos años más de contrato dificulta una recisión, pero en la entidad grana estas abiertos a escuchar ofertas por él.