El Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia (COPRM) ha advertido sobre la necesidad de asesoramiento psicológico para los deportistas, especialmente jóvenes, con el fin de gestionar su carrera deportiva, prevenir frustraciones y afrontar el estrés y la presión desde etapas tempranas.
Víctor Contreras, coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología del Deporte del COPRM, ha señalado en declaraciones a Europa Press que el llamado «deporte base», que abarca desde los 0 hasta los 18 años, pretende formar al deportista no solo en el plano físico, sino también en el psicológico, social y en los valores del deporte, como el respeto, el compañerismo y la diversión, además del aprendizaje técnico-táctico.
No obstante, ha advertido de que existen dificultades psicológicas comunes como la baja tolerancia a la frustración, las expectativas desmesuradas de los deportistas o sus familias, conductas inadecuadas —como romper la raqueta tras un fallo—, ansiedad, estrés por sobrecarga de entrenamientos o conflictos con otros compañeros. Algunas lesiones también pueden derivarse del mantenimiento de un estado de tensión prolongado.
«Durante los entrenamientos y competiciones, con las pulsaciones altas, las emociones están a flor de piel, lo que facilita que padres y entrenadores detecten señales de ansiedad, frustración o tristeza», ha explicado Contreras. Un ejemplo habitual es el abandono prematuro de una competición por parte de jóvenes que no logran gestionar emocionalmente la situación.
Ante esto, el entorno del deportista —familiares, entrenadores y compañeros— tiene un papel clave para calmarle y ayudarle a reinterpretar lo ocurrido. Si estas acciones no resultan eficaces, es recomendable acudir a un psicólogo del deporte.
Contreras ha defendido que estos profesionales son los más cualificados para acompañar al deportista, ya que combinan formación en desarrollo psicológico, físico y conductual, junto con el conocimiento técnico de las disciplinas deportivas. Existen dos enfoques: el tradicional, que busca intervenir ante una crisis puntual, y el preventivo, que integra al psicólogo para mejorar el rendimiento y evitar conflictos antes de que aparezcan. Este último modelo, ha asegurado, es más eficaz y rentable a largo plazo.
En el caso de los deportistas adultos, Contreras ha recordado que muchos han dedicado toda su vida al deporte y, cuando llega la retirada, se enfrentan a un vacío existencial: ya no hay entrenamientos, objetivos, ni reconocimiento. Esto puede generar bajo estado de ánimo, ansiedad o incluso trastornos psicológicos graves, como depresión o agorafobia.
Por eso, el experto ha considerado imprescindible planificar la retirada con antelación y trabajar con un psicólogo para reorientar la vida del deportista hacia nuevos objetivos y ocupaciones útiles, ya sean o no relacionadas con el deporte. Sin embargo, muchas veces este retiro llega de forma imprevista —por lesiones, rescisión de contrato o falta de patrocinadores—, lo que agrava el impacto psicológico. En estos casos, Contreras ha insistido en buscar apoyo profesional cuanto antes.
También ha mencionado que los deportistas no profesionales —los del deporte amateur— pueden beneficiarse igualmente del acompañamiento psicológico en su transición vital, ya que también experimentan cambios bruscos.
Contreras ha subrayado que, aunque los deportistas saben competir, nadie les ha enseñado a gestionar sus carreras. Por ello, considera fundamental que reciban orientación de especialistas.
Finalmente, ha señalado el ejemplo de ligas como la NBA o la NFL, que cuentan con programas preventivos para jóvenes en ámbitos como la salud mental, el control económico, la nutrición, el ocio o la gestión de redes sociales. Según el experto, este tipo de formación es vital porque muchos atletas sienten que no tienen control sobre sus vidas, lo que genera un profundo malestar emocional si no se aborda previamente.
Cita a jugadores como Ricky Rubio, que se retiró temporalmente por motivos psicológicos, o Carlos Alcaraz, sometido a un calendario deportivo asfixiante, como ejemplos de cómo la presión constante puede deteriorar el bienestar emocional del deportista profesional.
“Es fundamental que aprendan a disfrutar de la vida y sepan gestionar la presión y el estrés, y para eso es imprescindible una intervención temprana y profesional”, ha concluido.