Nadie sabe a ciencia cierta si el Real Murcia estará la próxima temporada en LaLiga Hypermotion, pero lo que sí tienen ya marcado en rojo algunos dirigentes o exdirigentes de la entidad grana son los días que deberán pasar por el juzgado. Será el próximo 10 de septiembre cuando el Tribunal Supremo resuelva el recurso de casación presentado por el club grana contra la sentencia de la Audiencia Provincial, que anuló la ampliación de capital aprobada en aquella junta y dio la razón a la mercantil ICONOS NACIONALES. Dicha ampliación, impulsada por Víctor Gálvez con un techo de 18 millones de euros, supuso finalmente la entrada de 1,3 millones, siendo Francisco Tornel el principal inversor con 200.000 euros.
El Real Murcia fundamentó su recurso en una supuesta infracción procesal y en la existencia de motivos casacionales, argumentos que han convencido al Supremo para admitir a trámite el caso. Una admisión nada habitual, ya que el alto tribunal rechaza la mayoría de los recursos que recibe, lo que pone de manifiesto que aprecia suficientes fundamentos jurídicos para abordar el asunto en profundidad. La resolución que dicte el próximo 10 de septiembre será definitiva e inapelable.
Ahora, será el alto tribunal quien tenga la última palabra en un asunto clave para la estabilidad jurídica e institucional del Real Murcia. Por otro lado, aún colea en el ambiente el incumplimiento del acuerdo alcanzado entre Felipe Moreno y Mauricio García de la Vega para poner fin al problema judicial de la entidad. Y es que el empresario cordobés aún no ha abonado los dos millones que le adeuda al méxicano por la compra de su paquete accionarial.
Cuando parecía que todo estaba arreglado, Moreno decidió no asumir lo pactado, avivando el conflicto y continuando con la guerra judicial. Todo ello, parece indicar que Mauricio, además de seguir luchando en el Supremo, volverá a los juzgados para reclamar el pago de las acciones o el 30% de las mismas. Con la salvedad, de que en este caso el Real Murcia no tendrá nada que ver en el proceso. En definitiva, se avecina una nueva tormenta judicial en las oficinas de Nueva Condomina.