Carlos Alcaraz camina en el US Open con la seguridad de quien siente que todo está en su sitio. El español encara los cuartos de final en Nueva York sin haber cedido un solo set en el torneo, una señal de confianza que se refleja tanto en su juego como en su discurso.
El español transmite que este torneo lo encuentra en uno de sus momentos más sólidos, también desde el plano mental. Con 22 años, después de varias temporadas acumulando experiencias en los grandes escenarios, se nota más maduro que nunca.
Ese crecimiento personal y competitivo se ve también en la regularidad con la que ha respondido en los grandes torneos de este año. Por primera vez en su carrera, Alcaraz ha alcanzado los cuartos de final en cada uno de los cuatro Grand Slams. Una marca que habla tanto de consistencia como de ambición sostenida.
“Los cuatro grandes están separados por muchos meses y ver que he empezado de una manera y he ido progresando, avanzando y haciendo un buen trabajo… eso es lo que me dicen estos buenos resultados, que he ido por el buen camino con mi equipo, trabajando las cosas que debía de trabajar».
Ahora le espera Lehecka un rival incómodo, de esos que obligan a estar en guardia en cada punto. El checo ya sabe lo que es derrotar a Alcaraz, y el español tiene claro que deberá ofrecer su mejor versión para frenar su empuje.
En ese camino hacia la excelencia, uno de los grandes aliados del murciano está siendo el saque. Lo ha convertido en un arma fiable y consistente, capaz de darle tranquilidad en los momentos clave y de permitirle dominar desde el inicio de los puntos.
Alcaraz se prepara así para un nuevo examen en Flushing Meadows con la sensación de que cada pieza de su tenis encaja en el momento oportuno. Físico, confianza, madurez y saque: una combinación que le ha impulsado hasta los cuartos de final y que quiere seguir extendiendo en la búsqueda de otro gran salto en Nueva York.