El UCAM Murcia firmó una de sus actuaciones más completas de la temporada al arrollar al Falco Szombathely (97-67) en el Palacio, en una noche marcada por el dominio físico, la defensa agresiva y un tercer cuarto que hizo añicos cualquier resistencia visitante.
El conjunto universitario tras un gran arranque con 10-0 de parcial, vió como la segunda unidad sufría más en pista y en el otro lado un inspirado Zoltan Perl, daba la vuelta a la situación en los instantes finales del primer cuarto (19-20). Con el 22-25 en el marcador y la posterior entrada de hombres importantes como Cate, Falk y Raieste, vitales en la parcela reboteadora y la explosividad en ataque de Ennis, se impuso de nuevo un ritmo muy vertical, que se prolongó hasta el final del encuentro, con un tercer cuarto arrollador, donde DeJulius fue el gran responsable.
El control del rebote fue absoluto (42-27), con 19 capturas ofensivas que desangraron a los húngaros a base de segundas oportunidades. Ese esfuerzo colectivo se vio reforzado por un ataque fluido —22 asistencias— y una defensa que mordió en cada línea de pase hasta sumar 15 robos, un sello reconocible del equipo de Sito Alonso.
En lo individual, la noche tuvo nombres propios. Emanuel Cate dominó la pintura con jerarquía, con 14 puntos sin apenas fallo y 5 rebotes, imponiendo su físico en ambos tableros. Pero el golpe definitivo llegó tras el descanso con un David DeJulius protagonista en un tercer cuarto sensacional, en el que desató su mejor versión para encadenar 3 triples consecutivos sin fallo y elevarse hasta los 15 puntos al final del encuentro con un excelso 5/5, liderando un parcial global en la segunda mitad de 53-29 que sentenció el duelo.
A su alrededor, la intensidad de Howard Sant-Roos y Jonah Radebaugh mantuvo al equipo en estado de efervescencia, este último celebrando con puntos finales un momento personal especial por su reciente paternidad. En la lucha interior, Sander Raieste, Will Falk y Rubén López de la Torre acompañaron con una labor de intendencia incansable, asegurando rebotes clave y sosteniendo el tono físico del grupo.
Con todos estos ingredientes —dominio en el rebote, defensa coral, circulación de balón y una exhibición puntual desde el perímetro— el UCAM firmó una victoria rotunda, a punto de alcanzar por tercer partido consecutivo 100 puntos o más, que refuerza sensaciones y demuestra que, cuando el equipo activa su versión más intensa, es capaz de pasar por encima de cualquiera.


















































