Carlos Alcaraz ha vuelto a hacerlo. El murciano ha firmado una de las victorias más resonantes de su carrera al derrotar por 6-4, 7-6(4) y 6-2 a Novak Djokovic en las semifinales del US Open, en un duelo que ha durado 2 horas y 47 minutos. Con esta victoria, accede por segunda vez a la final del US Open, tras el título conquistado en 2022, y quinta en un Grand Slam, consolidando su estatus de gran dominador del tenis mundial.
Desde el inicio, Alcaraz salió sin complejos. Logró un quiebre temprano que le permitió manejar el primer set con solidez desde el fondo, moviendo a Djokovic por toda la pista y desactivando sus armas con una mezcla de potencia y paciencia. El segundo parcial comenzó con una rotura del serbio y se coloco 3-0 en el parcial a favor. Carlos remontó hasta el 3-3 y finalmente ganó el set en el tie break
Djokovic, incómodo durante largos tramos del encuentro, incluso pidió asistencia médica por molestias en el cuello. Su lenguaje corporal denotaba frustración y cansancio, mientras Alcaraz seguía desplegando su tenis explosivo, sin apenas fisuras. El tercer set fue un recital del número dos del mundo, que rompió el saque del serbio en dos ocasiones y cerró el partido con un juego en blanco.
“Jugar contra Djokovic es complicado, por la leyenda que es”, reconoció Carlitos tras el partido. “Hemos empezado muy fuerte, ha tenido un pequeño bajón y al mantener el buen nivel lo hemos conseguido”. A sus 22 años, Alcaraz ya suma cinco finales de Grand Slam y ha encadenado siete finales consecutivas en el circuito, una racha que solo está al alcance de los más grandes.
La final, que se disputará este domingo, podría tener un aliciente extra si Jannik Sinner alcanza también la última ronda: el número uno del mundo estará en juego. Si el italiano cae, Alcaraz recuperará la cima del ranking. El propio Carlos quiso quitarse presión: “He pasado ya por esto, vamos a estar tranquilos y, sobre todo, relajados. No hay que pensar demasiado en la final”.
A su edad, la madurez mental y física del murciano asombra al circuito. Su progresión ya no sorprende, pero sí impacta. En Nueva York, ha dejado claro que está más que preparado para volver a reinar.