A todo el mundo le gusta ganar, pero no de esta manera. Esa frase resume a la perfección la final del Masters 1000 de Cincinnati. Y es que Sinner se vio obligado a abandonar tras perder los cuatro primeros juegos. Tan solo habían pasado 20 minutos cuando el italiano sacó la bandera blanca tras consultarlo con el médico del torneo.
El murciano empezó el partido como más le gusta y es restando. Se lo concedió su rival, que ganó el sorteo y prefirió sacar. Carlitos ganó los cinco primeros puntos incluido un ‘break’ inicial en blanco ante un italiano sorprendido por cuatro restos a la altura de los pies.
El número dos mundial lo estaba corriendo y devolviendo todo. El tanteo era de 0-40 para él. Tres bolas de 3-0 y servicio. Aprovechó la tercera. Faltaba mucho, pero el pupilo de Juan Carlos Ferrero y Samuel López había dado un golpe sobre la mesa. Octavo Masters 1000 para el nuevo campeón de Cincinnati. Sexta corona del curso y la vigesimosegunda de su carrera. Golpe de efecto para el Abierto de los Estados Unidos.