Carlos Alcaraz ya está en semifinales de Wimbledon. Y lo está por la vía rápida. Su tenis no dio opción a Cameron Norrie, que jugaba en casa, pero no encontró ni el ritmo ni la chispa para incomodar a un Alcaraz imperial, que firmó su mejor actuación del torneo justo cuando debía.
Fue un partido sin historia, dominado de principio a fin por el español. Desde el primer set (6-2), Carlitos impuso su velocidad de piernas y su precisión con el saque: 11 directos, mucha intención en cada golpe y una agresividad constante que desarboló al británico. Norrie trató de resistir, pero cada intento era una cuesta demasiado empinada.
El segundo set (6-3) siguió el mismo guion. Puntos cortos, ataques certeros, subidas a la red con éxito (15 de 16) y un dominio absoluto del ritmo. El tercer parcial fue una cuestión de tiempo. Apenas algunos errores del español impidieron que el marcador fuera aún más duro. Con 5-3 y al saque, cerró con autoridad: derecha ganadora, saque directo, volea, y adiós.
El público ovacionó a Norrie por su esfuerzo y aplaudió a Alcaraz, que se mostró agradecido y sonriente. Sabe que está en su sitio, en el momento adecuado y con las sensaciones ideales para afrontar el viernes una semifinal exigente ante Taylor Fritz.