El FC Cartagena se mueve en medio del terremoto. Mientras los mensajes oficiales del club muestran a nuevos jugadores posando sonrientes con la camiseta albinegra, dentro de las oficinas todo sigue atascado. La institución arrastra impagos, tensiones internas y un divorcio cada vez más abierto con una parte importante de su afición. Aun así, el fútbol no se detiene. Y en ese equilibrio forzado entre ilusión y realidad, la dirección deportiva ha empezado a dar forma a un equipo que —si no hay contratiempos mayores— competirá en Primera Federación.
En apenas diez días, el club ha oficializado seis incorporaciones: los porteros Iván Martínez (procedente del Unionistas) y Lucho García (ex Lugo y Rayo Majadahonda); los defensas Rubén Serrano (del Recreativo de Huelva) e Imanol Baz (también ex Unionistas); el lateral Dani Perejón (habitual en Segunda B) y el atacante Carlos Calderón, un jugador veterano que llega desde la Cultural Leonesa. Todos han firmado por una temporada, con opción a continuidad si se cumplen objetivos.
A ellos se suma el gallego Javi Rey, nuevo entrenador del Efesé. Su perfil ha sorprendido a muchos ya que es joven, sin experiencia en el fútbol profesional, pero con buena reputación por su trabajo en la Ponferradina, donde rozó el ascenso la pasada campaña. En Cartagena lo acompañará Alejandro Novoa, ex del staff técnico de la propia Ponfe. Rey ha firmado por una temporada y ya trabaja en la planificación, aunque lo hace sin certezas sobre la estabilidad del club.
Y es que lo deportivo contrasta con una situación institucional más que delicada. El FC Cartagena afronta este mes de julio con impagos acumulados, a parte del cuerpo técnico y la plantilla. La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) ya ha marcado una fecha clave, el martes 9 de julio, día en el que valorará si el club ha regularizado su situación o si debe iniciar un expediente que podría acabar con un descenso administrativo a Segunda RFEF.
El problema económico viene acompañado de una fractura accionarial sin resolver. El actual presidente, Francisco Belmonte, mantiene un 15 % de las acciones del club, pero la mayoría (un 85 %) pertenece a Duino Inversiones, que lleva meses intentando forzar su salida. Según ha trascendido, Belmonte no tiene intención de dejar el cargo sin una compensación económica. Mientras tanto, el día a día operativo del club está paralizado, y varias decisiones clave, como la campaña de abonados, siguen sin ejecutarse.
La situación ha provocado la reacción de los aficionados. La Federación de Peñas del FC Cartagena (FPFCCT), presidida por Eduardo Noguera, ha hecho público su malestar. En declaraciones recientes, su directiva ha asegurado que el club está «en estado crítico» y que la relación entre afición y directiva está rota. De hecho, han instado a los seguidores a no renovar sus abonos y a movilizarse para forzar cambios en la cúpula del club.
Mientras tanto, el club trata de avanzar con las piezas que tiene. Faltan semanas para que empiece la competición, pero cada día que pasa sin solucionar los impagos o sin desbloquear la situación accionarial aleja un poco más la estabilidad que necesita cualquier plantilla para competir. El FC Cartagena, con más preguntas que respuestas, se aferra al fútbol como única vía para maquillar un presente que sigue sin resolverse.
La protesta del 14 de julio, en marcha
Como parte de esa movilización, la Federación de Peñas del Fútbol Club Cartagena ha convocado una manifestación para el lunes 14 de julio a las 20:00 horas, bajo el lema “Nosotros somos el Efesé”. El recorrido arrancará en la calle del Carmen, esquina con Tolosa Latour, y finalizará en el Palacio Consistorial, sede del Ayuntamiento. Desde la Federación han explicado que el objetivo es exigir la salida de Francisco Belmonte, pedir explicaciones públicas a Duino Inversiones y reclamar una gestión transparente y estable que permita recuperar la confianza en el proyecto.