El Jimbee Cartagena Costa Cálida cerró su inolvidable 2025 con un sabor de boca amargo. El equipo portuario cayó derrotado por 4-3 ante el Industrias Santa Coloma en un encuentro que tuvo bajo control durante gran parte del tiempo, pero que se le escapó en un segundo periodo para el olvido. A solo siete días de la Supercopa de España, los errores de concentración y un desenlace fatídico a portería vacía castigaron a un Jimbee que no supo cerrar el año con la brillantez habitual.
La cita en el Pavelló Nou tuvo, además, un fuerte componente emocional. El mundo del fútbol sala se detuvo para despedir a Nil Closas. El jugador colomense, hijo del técnico local, se vio obligado a colgar las zapatillas con apenas 27 años debido a sus persistentes problemas de rodilla, recibiendo el respeto y cariño de toda la expedición cartagenera en su última tarde como profesional.
El Jimbee saltó a la pista consciente de lo que había en juego, el estatus de cabeza de serie para la Copa. Aunque el juego no era fluido, el equipo de Duda hizo gala de una pegada letal en la primera mitad. En el minuto 10, Pablo Ramírez protagonizó una cabalgada de fe para asistir, casi cayéndose, a Cortés, que no perdonó el 0-1.
Poco después, la magia de Mellado hizo acto de presencia. El internacional sacó un latigazo seco con su pierna menos hábil que se coló por la misma escuadra de la meta catalana. Con el 0-2 al descanso, el Jimbee parecía tener el camino despejado, siendo eficaz ante un Industrias que no encontraba grietas en la defensa rojiblanca.
El apagón y la agonía final
Sin embargo, el paso por vestuarios transformó el partido. El Industrias Santa Coloma salió con una marcha más y el Jimbee empezó a diluirse. Leandrinho recortó distancias pronto y, casi de inmediato, un error de comunicación entre Chispi y Cortés permitió a Puchy empatar el choque a placer. El orgullo del campeón apareció momentáneamente gracias a Osamanmusa, que con un movimiento de pívot puro puso el 2-3 en el minuto 30. Pero la suerte no estaba hoy de lado cartagenero, el 3-3 llegó tras un rebote fortuito en la cara de Víctor Ramos que acabó dentro de la red.
En el último minuto, Duda arriesgó con el portero-jugador buscando la victoria que asegurara el liderato del grupo perseguidor, pero la moneda salió cruz. Una pérdida en la circulación permitió a Leandrinho robar y marcar a portería vacía a falta de solo dos segundos para el bocinazo final.
Derrota cruel que pone fin a un año histórico, pero que debe servir como toque de atención. El Jimbee Cartagena tiene ahora siete días para resetear y viajar a Palma con la lección aprendida.


















































