El Real Murcia vuelve a vivir una de esas noches que justifican la Copa del Rey. Este miércoles (20:00h) el Enrique Roca se vestirá de gala para recibir al Cádiz en una eliminatoria a partido único. El conjunto murciano llega con la moral en ascenso, con un equipo que ha recuperado sensaciones y que ve en la Copa una oportunidad perfecta para reivindicarse. Jugar en casa, ante su gente, siempre multiplica la ilusión y, en un torneo así, cada detalle importa. Los granas no tiene nada que perder y eso, en la Copa, suele ser un arma peligrosa.
Enfrente estará un Cádiz que, pese a la diferencia de categoría, aterriza en el partido sin margen para relajarse. Las bajas y las rotaciones obligadas no ocultan la responsabilidad de un equipo que debe competir por pasar ronda, aunque su técnico ya ha avisado de que no quiere un viaje “para dejarse llevar”. Los amarillos, con más plantilla y experiencia, saben que un tropiezo aquí tendría un impacto mayor.
En el Real Murcia también se esperan rotaciones. Adrián Colunga ya recurrió a cambios en la ronda anterior y todo indica que volverá a hacerlo ante el Cádiz. La acumulación de minutos en varios titulares, el desgaste del equipo en las últimas jornadas y la presencia de duelos ligueros importantes como el derbi del próximo lunes ante el FC Cartagena, obligan al técnico a gestionar esfuerzos.
Por ello, es previsible que combine a sus jugadores habituales con piezas menos utilizadas, buscando mantener la competitividad sin comprometer el estado físico de la plantilla, aunque en la rueda de prensa posterior a la victoria frente al Alcorcón aseguró que sacaría «un once para intentar ganar y pasar de ronda«.



















































