El UCAM Murcia cayó por la mínima en su visita a Linarejos (2-1), en un encuentro marcado por dos partes totalmente opuestas y en el que los universitarios rozaron la épica tras un inicio desafortunado. El conjunto de Víctor Cea reaccionó con fuerza en la segunda mitad y jugó más de treinta minutos en superioridad numérica, pero la falta de pegada en los metros finales impidió culminar una remontada que llegó a sobrevolar el estadio jienense.
El choque no pudo comenzar peor para los visitantes. El Linares Deportivo, en plena escalada clasificatoria durante este brillante mes de noviembre, firmó una primera parte de enorme contundencia ofensiva. A los diez minutos, Diego Talaverón abría el marcador tras una rápida acción de los azulillos. El UCAM trató de asentarse, pero el dominio local fue asfixiante durante todo el primer acto. Solo Ackermann, con dos intervenciones de mérito ante Hugo Díaz, evitó que la distancia fuese aún mayor. Sin embargo, el guardameta universitario no pudo hacer nada ante el tanto del propio Hugo Díaz, que puso el 2-0 poco antes del descanso.
Con el partido cuesta arriba, el UCAM salió del vestuario convertido en otro equipo. Ese cambio de actitud tuvo premio: Jaiteh recortó distancias y devolvió la emoción al choque. Desde ese momento, Linarejos empezó a mirar el reloj y los nervios se instalaron en el Linares.
La roja directa a Caramelo por una dura entrada terminó de abrir el partido para los murcianos, que se encontraron con más de media hora por delante en superioridad numérica. El equipo universitario asumió el peso del juego, encerró al Linares en su área y movió el balón con paciencia en busca del empate. Sin embargo, la zaga local, muy replegada, logró resistir los envites.
El pitido final dejó una sensación amarga para los universitarios: la de haber encontrado tarde su mejor versión. El equipo mostró carácter y dio un paso adelante tras el descanso, pero pagó a precio de oro una primera parte en la que fue claramente superado.



















































