Cada agosto, cuando el calor aprieta y el mar acaricia la orilla, Águilas se viste de fútbol. El Rubial abre sus gradas para un duelo que huele a sal y a historia: el Trofeo Playa y Sol, nacido hace más de un siglo, vuelve a encender la pasión de una ciudad que lo siente como suyo. Entre el murmullo de las olas y el eco de los cánticos, Felipe Cano lo resume en una frase que lo dice todo: “Es el partido estrella del verano y un orgullo para Águilas”.
El próximo viernes, el estadio El Rubial volverá a llenarse para vivir una nueva edición de esta cita centenaria. Lo que nació en 1905 como un amistoso estival se ha convertido en un clásico del fútbol en el sureste, marcado por la rivalidad y el ambiente festivo.
Felipe Cano, actual director deportivo del filial y de la cantera del Águilas FC, conoce como pocos el valor de este enfrentamiento. Nieto de un jugador del club en 1918 y con experiencia como futbolista en ambos equipos, habla con la pasión de quien ha vivido el Trofeo Playa y Sol desde dentro y desde fuera.
“El fútbol llegó a Águilas en 1905 de la mano de marineros ingleses que venían por las minas cercanas. Desde entonces, este torneo ha sido un orgullo para la ciudad”, recuerda Cano. Lo que lo hace especial, según él, es que “además de la historia, existe una rivalidad sana entre las dos aficiones. Muchos jugadores han defendido ambas camisetas, y el hecho de que se juegue el 15 de agosto, Día de la Virgen y fiesta local, atrae a turistas y a lorquinos que viajan desde fuera para no perderse el partido”.
En su memoria guarda una anécdota que define el carácter de este duelo. “En los años 80 se jugaba a doble vuelta para hacer más taquilla. Un año, los dos partidos acabaron en empate y se decidió jugar un tercero. La afición quería penaltis, pero los dirigentes no aceptaron. Al final, los hinchas rompieron la copa, y desde entonces se juega a partido único con penaltis si hay empate”, relata entre risas.
Para esta edición, el ambiente promete ser espectacular. “Ya se han vendido más de 1.000 entradas”, asegura Cano, citando los datos que le ha facilitado Antonio de la Rosa Belmonte, director del Museo del Fútbol de Águilas. El duelo, además, será entre equipos de igual categoría, lo que augura un partido equilibrado.
Según Felipe Cano, el Águilas llega con una plantilla renovada y muy joven: “Solo el portero supera los 30 años”. Cano destaca la llegada al banquillo de Adrián Hernández, técnico murciano procedente del Yeclano Deportivo, y asegura que el equipo ha realizado una pretemporada exigente contra rivales como el Almería o el Cartagena. Entre los futbolistas a seguir, menciona a Cris Martínez, “un delantero muy importante”, y a Dylan, “que da mucho espectáculo”.
Para Cano, el Trofeo Playa y Sol es también un motor turístico y de imagen para la ciudad. “Es el partido estrella del verano. Mucha gente que veranea aquí lo espera como un atractivo más, junto a nuestras playas, gastronomía y hospitalidad”, afirma.
Su deseo para el futuro es claro: “Me gustaría que a nivel institucional y federativo se le hiciera un reconocimiento oficial como uno de los torneos más antiguos de España. Hay un libro que recoge todas las confrontaciones Águilas-Lorca, lleno de anécdotas, y creo que sería justo que se valorara como merece”.
El viernes, cuando el balón eche a rodar en El Rubial, no solo estará en juego un trofeo. Estará, una vez más, la oportunidad de escribir otro capítulo de una historia que lleva más de un siglo emocionando a dos ciudades vecinas.
Trofeo Playa y Sol: más de un siglo de historia
Año de inicio: 1905.
Origen: Introducido por marineros ingleses que llegaban a Águilas por el comercio minero.
Formato actual: Partido único con penaltis en caso de empate, instaurado en los años 80 por decisión de la afición.
Rivalidad: Águilas FC vs Lorca Deportiva (aunque en sus inicios participaron distintas denominaciones de los clubes).
Curiosidad: Solo dejó de disputarse durante la Guerra Civil.
Escenario: Estadio El Rubial, uno de los campos más antiguos de España aún en uso.