La Deportiva Minera frenó en seco este marte el proceso de preparación que había puesto en marcha Sebas López esta pretemporada propinándole un monumental repaso a los blanquiazules que sirvió para plasmar la enorme distancia que separa, por ahora, dos proyectos que se encuentran en estados muy diferentes de madurez. A un lado, el cuadro rojillo, un equipo hecho que está provisto de un extraordinario abanico de recursos y una fe absoluta en los postulados de su profeta que le permiten volar a toda velocidad y sin sobresaltos, al otro, un club venido a menos que afronta un largo proceso de reconstrucción y está sujeto a turbulencias propias de la fase embrionaria en la que se halla.
Las buenas sensaciones que dejaron los lorquinos en el Trofeo Playa y Sol, quedaron borradas ante un equipo que estuvo cómodo sobre el césped artificial del Ángel Celdrán. No habían pasado ni quince minutos, cuando llegaría el primer gol del partido por medio de Roberto Alarcón. Sería el mismo jugador quien diez minutos mas tarde ampliaría el resultado, dejando el partido prácticamente para sentencia.
La segunda parte, ofreció la misma imagen, con un equipo lorquino que no pudo competir en ningún momento ante un buen equipo minero. Perdomo y Rubén Mesa, con dos goles que sorprendieron a Ernestas que tampoco tuvo su tarde, cerraron el partido.
Lo peor para el Lorca Deportiva, con todo, es que la amplia ventaja en el electrónico tuvo un tono anecdótico porque la superioridad física y táctica de la Minera resultaba tan abrumadora que todos los caminos conducían a Salcedo. Incapaz de armarse en torno a la pelota a consecuencia de la agresiva presión del conjunto local.