La venta del Fútbol Club Cartagena al empresario Pedro Arribas ha reactivado la tensión en torno al club albinegro. El hermetismo que rodea la operación, la falta de explicaciones del nuevo propietario y la continuidad de Paco Belmonte al frente de la gestión han provocado una oleada de críticas desde la oposición política y la Federación de Peñas, mientras la alcaldesa Noelia Arroyo mantiene una posición de prudencia.
Jesús Giménez Gallo, portavoz de Movimiento Ciudadano, ha sido tajante: “No se trata de nadie que tenga un vínculo con el fútbol cartagenero y, además, no parece que venga con dinero. No parece que sea un verdadero inversor”. A su juicio, la operación está envuelta en incógnitas, empezando por “la figura de la persona que han señalado como el que va a ser el nuevo presidente”. Giménez también apunta al Ayuntamiento como cómplice: “La alcaldesa se irá con Paco Belmonte a donde se vaya, porque lo que está haciéndole es la cobertura desde hace un año”.
El edil reprocha al gobierno local haber actuado como escudo del anterior presidente: “El Ayuntamiento ha hecho dejación de funciones desde hace mucho tiempo y lo que pase, si es malo, tendrá una parte de responsabilidad muy grande”. Desde MC ya han anunciado que en el próximo pleno pedirán la resolución del convenio firmado en 2021 para el campo de fútbol de San Antón: “No se ha hecho nada allí y el Ayuntamiento no ha movido un dedo para recuperar ese espacio para los cartageneros”.
La Federación de Peñas del FC Cartagena también ha alzado la voz tras el anuncio de la venta. En un comunicado contundente, califican el cambio de propiedad como “un punto de inflexión en la historia reciente de nuestra entidad”, aunque matizan que solo acogen la noticia “con ciertas reticencias”.
El malestar entre la afición no se disipa, ya que el comunicado del club, según denuncian, “no aclara aspectos clave que como afición exigimos conocer”. Entre ellos, destacan la falta de información sobre el papel de la actual directiva, la situación económica real del club y el uso del dinero recaudado en iniciativas como el partido benéfico por la DANA. “Esperamos con gran expectación la comparecencia pública de la nueva propiedad”, exige la Federación, que reclama conocer “los términos de la compra del club, el proyecto deportivo, social e institucional que se plantea, la reestructuración de cargos y el papel, si lo hubiese, de la junta directiva saliente”.
El colectivo mantiene la convocatoria de manifestación para el lunes 14 de julio y llama a no renovar los abonos para la temporada 2025-2026. Además, denuncian que no se ha tenido en cuenta una de sus principales demandas: un gesto económico hacia los abonados. “Son precios caros para la categoría y los plazos marcados ni siquiera llegan a principio de mes, cuando la mayoría de personas cobra”.
Desde el Ayuntamiento, Noelia Arroyo ha optado por el perfil bajo. La alcaldesa asegura que fue informada por Belmonte del cierre de la operación y que espera reunirse pronto con la nueva propiedad: “Si es bueno para el club y si es bueno para Cartagena, lo valoro positivamente, pero tengo que ser prudente y esperar esa reunión”. Preguntada por el nuevo propietario, Arroyo admite: “No tengo el gusto todavía, pero los conoceré”. Y añade: “Tampoco tiene que ser lo primero que la alcaldesa bendiga nada”.
Mientras tanto, en Cartagena crece la desconfianza hacia una venta que, por ahora, solo ha generado más preguntas que respuestas.