El Grupo Caesa Cartagena no puede fuera de casa. No sabe, no puede. De momento. Derrotas en Palencia, San Sebatián y este marte en Ourense contra el cuadro local (90-77). Las tres con algo en común: una gestión de los partidos horrorosa, sin pegada ni fuerza, sin un buen baloncesto colectivo. «En construcción», se lee en el cartel que lleva colgado al cuello el equipo de Félix Alonso, pero la exigencia no se borra, sigue ahí, y cada vez que sale al parqué continúa sin dar la talla. Esta fue la pero. Bien avanzado el tercer cuarto el bloque gallego asomaba como el único vencedor posible.
Más allá de la valoración, los números dicen que con los rebotes, los tiros de dos y los libres parejos, la gran diferencia estuvo en el acierto de tres, pero solo son cifras. Las sensaciones gritan otra cosa. Desde mediados del segundo cuarto, no hubo color. Gran superioridad local en lo físico, en verticalidad y, por supuesto, en acierto con el Cartagena armando el brazo de forma forzada en demasiadas ocasiones.
El conjunto portuario arrancó bien y consiguió finalizar el primer cuarto por delante en el marcador (17-18) y en el segundo se mantuvo el equilibrio aunque siendo el conjunto local el que alcanzó el descanso con una pequeña renta a su favor (38-36). En la reanudación el Ourense fue mejor y en diez minutos puso bastante tierra de por medio para entrar en el periodo definitivo con un +16 (69-53).
Con este resultado la Región de Murcia se queda sin representantes en este torneo pues el otro que tomó parte en él, el Ciudad de Molina Basket, de Segunda FEB, no pasó la fase de grupos.