Norberto Martín, presidente del Club de Atletismo La Manga, ha concedido una entrevista a MurciaEconomía con motivo de la 15ª edición del Cross de Cabo de Palos. Una cita veraniega que ha crecido hasta convertirse en un evento turístico y solidario de referencia en la Región de Murcia. Martín detalla las novedades, el impacto en el comercio local y el valor social que motiva a todo el equipo a seguir organizando esta prueba año tras año.
¿Cómo se siente al alcanzar esta cifra tan simbólica?
Muy bien, aunque personalmente ya empiezo a notar el desgaste. Llevo 15 años en la directiva del club y 15 años organizando esta carrera. Pero el bien social que genera nos empuja a seguir año tras año. Creo sinceramente que el club no existiría sin la carrera, y la carrera no existiría sin esa causa solidaria, porque el 100% de lo recaudado se dona.
¿A qué asociaciones se destinan los beneficios de la carrera?
El Cross ha recaudado en esta última edición de 2024 la cantidad de 6.000€ que se destinaron a partes iguales a las Hermanitas de los Pobres, ASIDO, la Asociación Española Contra el Cáncer de Cartagena, AFEMAR de San Javier y Asociación de Celiacos de Murcia, además hemos conseguido 1.000€ a través de una rifa benéfica que se destina a mejorar nuestro entorno Cabo de Palos. En estas 14 ediciones del Cross de Cabo de Palos, ha donado a organizaciones de beneficencia y ONG´S más de 50.000€, lo que hace que el objetivo prioritario de esta prueba deportiva sea ayudar y ser solidario a través del deporte.
¿Qué importancia tiene el Cross de Cabo de Palos para el comercio local y el turismo?
Mucha. Lo comentábamos con el área de Turismo hace poco: este evento no solo anima a venir en verano, sino que permite promocionar el pueblo como destino en otras épocas del año.
Calculamos que el 80% de los corredores se queda a cenar después. Este año los dorsales se agotaron en cinco días y hay 500 personas en lista de espera. Muchos nos dicen que vienen del País Vasco, Zaragoza, Madrid o Albacete, y que aprovechan la carrera como excusa para pasar la semana aquí.
Ya no es solo una prueba para corredores locales, sino que cada vez atrae a más gente de fuera por su repercusión.
¿Qué novedades presenta esta edición respecto a años anteriores?
Habrá una pequeña variación en el recorrido. Aprovecharemos el nuevo muro de la sal, que ha quedado precioso, y colocaremos un fotógrafo en la zona donde aparece la palabra “Cabo de Palos” para que los corredores se lleven ese recuerdo.
En cuanto a inscripciones, el año pasado las limitamos a 1.000 para reducir el impacto en el tráfico, y funcionó muy bien. Ajustamos el primer tramo y conseguimos reducir en 10 minutos la interrupción en la bajada del faro. Este año nos han autorizado a subir a 1.200 corredores, algo importante.
Además, al ser el 15º aniversario, habrá sorpresas para los participantes. Gracias a los patrocinadores, hemos conseguido algo más de financiación y la bolsa del corredor será especial.
¿Cree que el Cross puede convertirse en una prueba de referencia a nivel nacional?
Estamos en ese camino. Este año intentamos traer a una corredora nacional, pero no pudo venir. Aun así, participaron atletas de nivel como Martín Fiz. El prestigio crece y cada vez nos llaman corredores de élite para conseguir dorsal. Aunque el número de participantes es limitado, eso también aumenta su valor.
El Cross ya forma parte de la Liga Carthago Running Challenge promovida por el Ayuntamiento. ¿Qué supone esta integración?
Es una gran iniciativa que une a las carreras más importantes de la comarca. Ya formábamos parte de la liga FAMU (Federación de Atletismo de la Región de Murcia), pero estar en la Liga Carthago Running League nos parecía fundamental por la visibilidad y compañerismo entre clubes. Yo mismo estoy participando en la liga y me ha animado a volver a correr por la zona.
¿Y qué papel juegan los voluntarios y patrocinadores en que todo funcione el día a día del evento?
Sí, el Cross de Cabo Paro sin voluntarios y sin socios sería imposible. Contamos en un recorrido pequeño de 6 kilómetros, pero contamos con más de 100 voluntarios y ellos hacen que al final sea seguro el recorrido, sea fluido, cuando están a la llegada, que tengan su agua, que reciban su medalla, todo eso es bastante importante.
Para ir terminando, ¿con qué momento se queda de todos estos años al frente del evento?
La verdad es que, al final, no me quedo con un momento concreto de la carrera, sino con el instante en el que entregamos los cheques, cuando hacemos la donación. Ese es, para mí, el momento más especial para los socios del club y para los voluntarios que hacen posible el Cross. Es la razón por la que todo esto sigue adelante.
También emociona mucho cuando la gente se te acerca y te dice que ha sido un éxito. Eso te llena, porque sientes que todo el esfuerzo ha merecido la pena. Como corredor, organizas la prueba pensando en cómo te gustaría a ti que te tratasen.
Durante el proceso vemos muchos fallos, discutimos entre nosotros, pero luego llegan los corredores, no los ven y te felicitan. Eso te hace muchísima ilusión. Han corrido 1.500 personas y, como mucho, hemos recibido dos o tres quejas, que además son bienvenidas porque ayudan a mejorar. Pero cuando el 99,9% te dice que es la mejor carrera de la región, te das cuenta de que algo estás haciendo bien.
¿Cuál es su mayor deseo para el futuro del Cross?
Conseguir más patrocinadores para poder donar más. Ese es el objetivo. Sinceramente, había pensado dejar la presidencia este año, pero fue mi mujer quien me convenció para seguir. Cuando la persona que tienes al lado te anima a continuar por el bien social que haces, te das cuenta de que merece la pena.