Turín despertó este domingo bajo una fina lluvia que invitaba a cobijarse en el Inalpi Arena mucho antes de que arrancara el gran clásico entre Sinner y Alcaraz. Y como si el guion estuviera escrito mucho antes de que la pelota empezara a volar por encima de la red, la fiesta italiana se culminó con la defensa de la corona de Sinner. El segundo cabeza de serie superó en una espectacular final al español por 7-6(4), 7-5, en dos horas y 15 minutos.
A ninguno de los dos jugadores le tembló el pulso con su servicio. Ni siquiera a Sinner, cuando tuvo que escapar de un 2-1, 40/40, después de que el partido estuviese detenido durante 12 minutos por una incidencia en la grada. Tampoco al español en el quinto juego, que supo salir ileso de la presión al resto del italiano.
En la exigencia de cada intercambio y la intensidad de una final eléctrica, la musculatura de la pierna derecha de Alcaraz sufrió una pequeña crisis y el español se vio obligado a reclamar la intervención del fisioterapeuta en pista con 5-4 en el marcador.
Lejos de dar síntomas de fatiga, el murciano se encontró un punto de set al resto con 6-5, 30/40, pero no pudo convertirlo porque Sinner, arropado por un público entregado que no paró de alentarlo, recurrió a su servicio como salvavidas. Así se llegó a un tie-break, donde el italiano supo contener la fantasía de Alcaraz. Incluso cuando Alcaraz en la segunda manga puso en jaque su servicio con una brecha de dos juegos, gracias al primer break del choque.
El murciano, ya con un aparatoso ventaje en el muslo derecho, mantuvo la ventaja hasta el 1-3. A partir de entonces el partido empezó a dibujar pasajes que recordaban a los grandes capítulos de la rivalidad y en ese decorado Sinner no sólo recuperó la distancia perdida, sino que volvió a colocarse por delante (4-3). Y, poco después, con 6-5 a su favor selló su segundo break para asegurar el título.



















































