Howard Sant-Roos fue decisivo en la victoria de UCAM Murcia ante Joventut, dejando su sello en el tramo final del encuentro. Con el partido igualado y la tensión al máximo, el cubano anotó una canasta clave para abrir brecha en el marcador y, acto seguido, protagonizó una acción defensiva determinante que culminó en un contraataque prácticamente definitivo. Su capacidad para aparecer en los momentos de mayor exigencia, combinando lectura de juego, energía defensiva y sangre fría, fue uno de los factores que inclinaron la balanza a favor del conjunto murciano.
A estas alturas de la temporada, los datos del alero universitario presentan diferencias notables respecto al curso pasado, tanto en impacto como en eficiencia. El año anterior, para alcanzar los diez partidos disputados fue necesario esperar hasta la jornada 14, ya que las lesiones le impidieron participar en cuatro encuentros. En ese tramo, sus números eran discretos: 4,4 puntos con un 21,5% en tiros de campo y 2,9 rebotes de media en casi 22 minutos por partido. En paralelo, en la Basketball Champions League había intervenido en cinco encuentros, con una media de 24,2 minutos sobre la pista.
Un año después, el contexto es muy distinto. El equipo firma un sólido balance de 8-2 y el jugador ha elevado de forma clara su rendimiento individual, disputando todos los encuentros hasta la fecha en competición doméstica. En Liga Endesa está promediando 6,9 puntos, 3,7 rebotes y 1,8 asistencias en apenas 18,5 minutos por encuentro, con un notable 42% en tiros de campo. En competición continental, ya bajo el paraguas de la FIBA Europe Cup, ha participado en cuatro de los siete partidos disputados, con una media de 20,6 minutos.
Más allá de los números, la explicación a esta mejoría tiene mucho que ver con el reparto de roles. El excelso nivel de David DeJulius en la dirección de juego, unido al gran rendimiento ofrecido por Forrest y Dani García en competición europea, ha liberado al cubano de tener que ejercer de base de manera recurrente. Una función que el curso pasado le suponía un notable desgaste físico y mental, obligándole a acumular más minutos y responsabilidades además de su rotación natural en la posición de ‘3’. Este nuevo escenario le ha permitido optimizar esfuerzos y ofrecer una versión más eficiente y productiva sobre el parqué.




















































