En el fútbol, a veces las respuestas aparecen donde menos se buscan. Mientras semanas atrás el murcianismo reclamaba refuerzos, incorporaciones de peso y nombres capaces de revertir la dinámica del equipo, el club ha encontrado un punto de inflexión justo al lado, en el propio Enrique Roca. Desde el Real Murcia Imperial ha emergido una figura que, lejos de sonar a parche momentáneo, comienza a dibujarse como una solución real: Adrián Colunga.
El técnico del filial asumió el reto cuando el primer equipo se encontraba en una situación complicada, con una plaga de lesiones y un rendimiento irregular que le colocaba en puestos de descenso. Subió para “apagar un fuego”, pero en apenas cuatro jornadas ha encendido algo más importante, la esperanza. Con Colunga al mando, el Real Murcia ha sumado 10 de los 12 puntos posibles, mostrando solidez, hambre y una identidad clara. No solo ha recuperado al equipo; también ha recuperado la idea de mirar hacia dentro antes de buscar fuera.
El valor del filial: Héctor, Jorge y la fuerza de los ‘niños’
Uno de los grandes aciertos del técnico ha sido apostar sin miedo por los jugadores del Imperial. Héctor Pérez es el ejemplo perfecto. Lo que empezó como una oportunidad forzada por las lesiones, se ha convertido en una irrupción incontestable. El joven central ha pasado de ser un recurso temporal a convertirse en el defensa más en forma del equipo, ofreciendo seguridad, criterio con balón y un nivel competitivo que ha sorprendido incluso a los más escépticos.
Y no ha sido el único. En el último encuentro, Colunga probó con Jorge Sánchez, otro central del filial al que muchos aún no habían tenido ocasión de ver. Su debut dejó muy buenas sensaciones, otro jugador valiente y con gran criterio para la salida de balón y, para sorpresa de muchos, el técnico incluso le entregó el brazalete de capitán durante el partido. Un gesto que habla, más que de veteranía, de confianza y de liderazgo natural.
Una tendencia que viene de atrás
Esta apuesta por la cantera no es un hecho aislado. En la pretemporada ya se dejaron ver varios jugadores del filial que, pese a su juventud, demostraron estar preparados para competir a un nivel mayor. Futbolistas como Rubén Vila, Kayode Adebayo, Mathieu Seyram, Alonso Yoldi, Aitor Sarabia o el brasileño Luiz Henrique, estan destacando con el Imperial, 3º en Tercera RFEF y que ya han sido convocados, e incluso la mayoría debutando, con el primer equipo en este inicio de temporada, al igual que Manu Lara e Izan Segura recientemente.
Todos ellos representan una generación que viene empujando y que, con oportunidades reales, puede dar un salto competitivo al club, aliviando la necesidad de fichajes y demostrando que el trabajo de cantera funciona.
¿Fichar o creer? Debate sobre la mesa
Durante semanas, la conversación en el entorno grana giraba en torno a la urgencia de reforzar la plantilla. Sin embargo, los resultados están diciendo otra cosa, ‘quizá el refuerzo ya estaba aquí’.
Colunga ha puesto sobre la mesa una alternativa creíble, mirar más al Imperial, confiar en el hambre, la energía y la ilusión de los futbolistas de casa. No se trata de renunciar al mercado; se trata de poner en valor lo que ya tienes, añadiendo alguna pieza que mejore lo que tienes, no una revolución total en un grupo de jugadores que está dando el cayo.
El Real Murcia, históricamente, siempre ha sido más fuerte cuando ha mezclado experiencia con cantera. Hoy, esa mezcla vuelve a funcionar. Y si el equipo sigue compitiendo como en estas últimas jornadas, puede que el club descubra que no siempre la solución está fuera… que a veces está justo al lado, entrenando con humildad, esperando una oportunidad.


















































